lunes, 19 de marzo de 2012







Dos días no son suficiente tiempo para ver todas las maravillas que Valencia nos ofrece en tiempo de fallas. Pero no teníamos más tiempo, así que hicimos lo que pudimos para ver la mayor parte de esas cosas mágicas de la ciudad. Llegamos el 17 a las 12 de la mañana, nos dirigimos al hotel, e inmediatamente después, fuimos corriendo hacia la Plaza del Ayuntamiento (no sin antes perdernos, por supuesto). En esta plaza los últimos días de fiesta, se celebra la mascletá, un evento donde 240 kilos de pólvora revientan haciendo que la ciudad quede invadida por un ruido aturdidor, que hace hasta temblar los cristales. No pude evitar llorar. 







Enormes construcciones de ninots, trajes regionales, peinetas, petardos, horchata, la ofrenda de flores a la Virgen, lágrimas, olor a azahar... Todo ello hace que Valencia sea lo que es en estos días. Cuando estás allí, es difícil contener las ganas de querer ver más y sentir que no te quieres marchar, o que te gustaría ser fallera. 






Las imágenes que os muestro a continuación pertenecen a la falla ganadora 2012. 














Estas tres son para Arturo de mi corazón. Un beso querido.




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