La vida pasa rápido. No te enteras de lo que te ocurre, porque pasa sin que quieras. Esto es la norma en mi vida. Pero luego pienso, y no la cambiaría por nada del mundo: camino por los días y no soy dueña de ellos, no lo intento atrapar, solo los disfruto. Pero en el recorrido hay obstáculos que pretenden hacerme caer. A veces caigo y lloro; otras los salto y me río de ellos.
Cuando nació mi pequeño hermano, hace un año y pico, me supuso trauma por algunos motivos. No le vi como mi hermano si no como un primito o algo así. La primera vez que le toqué la mano me puse a llorar. De repente sentí que sí era mi hermano, y para siempre. Por esto no cambiaría mi vida, porque las oportunidades como estas no las tiene cualquiera. Quise tomármelo por el lado positivo. TENGO UN HERMANO!! Y es genial realmente.
Espero que cuando él lea estas líneas de mayor, comprenda el por qué de mis motivos. Es un niño riquísimo y se ríe tanto como yo. Tal para cual.
LA VIDA ES HOY
PAZ Y AMOR
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